miércoles, 8 de febrero de 2012

Crítica: "Declaración de guerra"

Las historias no se cuentan de la misma forma si uno lo ha vivido. No sólo hablo de cine, también tiene sentido esta afirmación en la literatura, pintura ó música. Cuando se plasman las experiencias propias en un círculo artístico, la verdad llena al espectador y se solidariza con ese corazón que se acaba de abrir. La directora y actriz Valerie Donzelli descubre su alma para contar algo tan duro y traumático como la grave enfermedad de un pequeño de no más de 18 meses de edad.

Justa vencedora en el pasado Festival de Gijón, nominada a seis César franceses y candidata por este país a los Oscar 2012, desde su paso por Cannes, todo han sido piropos para este drama familiar contado, curiosamente, desde el positivismo y la humilde sonrisa. Valerie Donzelli rueda su segundo film, con una doble labor de directora-actriz (mucho mejor en la primera tarea que en la segunda), transmitiendo una desbordante sensibilidad.

De una manera fascinante, conocemos la evolución de una pareja primeriza que comienza con los típicos problemas de tener un bebé sin experiencia previa. Poco a poco, tras ciertos detalles aparentemente poco relevantes, los problemas se vuelven más serios y dolorosos. Un tumor en la cabeza del pobre bebé obliga a rehacer el mundo que querían construir para volcarse en la recuperación del pequeño.

El protagonista del film Jérémie Elkaim, que colabora en el guión de la película, tiene un hijo en la vida real con la directora e intérprete francesa. La dolorosa situación que vivieron en las carnes de su propio hijo, lo enfocan como si de una terapia se tratara, con la firme intención de "escupir" una serie de vivencias.



Sin embargo es de agradecer que el dramatismo aparece en momentos muy puntuales. No pretende convertir la sala de cine en un devastador encuentro de lágrima fácil; opta por un punto de vista más arriesgado como es incluir pequeños toques de humor y mucho amor de pareja. No nos enseña discusiones ó rupturas, es la continua muestra de afecto y comunión entre los padres lo que ayuda al espectador a creer en que todo es posible. Nos ayuda a pensar que ese niño se curará.

 Cine independiente que encierra muchos sentimientos. Una pareja dispuesta a hacer lo que sea necesario por su hijo. Un niño que vive al margen de la enfermedad que sufre. Un alegato contra la autocomplacencia y el victimismo en pro de la lucha y las ganas de vivir. 




José Daniel Díaz

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