viernes, 4 de julio de 2014

Crítica: "Open Windows"


Ya sólo existen tres tipos de financiación en España: Televisiones dispuestas a apostar por un producto, co-producción con otros países o crowdfounding. "Open Windows", como podéis imaginar por su título y reparto, es una co-producción con Estados Unidos escrito y dirigido por el español Nacho Vigalondo. Pese a su original apuesta y su novedosa dirección, este enredo "hackeriano" se queda en una buena idea y un fallido desarrollo.

El irregular recorrido de Nacho Vigalondo nos trae un nuevo episodio en "Open Windows". Su magnífico inicio con la sorprendente "Los cronocrímenes" recibió un duro revés con la olvidable "Extraterrestre". Su nuevo trabajo, interpretado por Elijah Wood y Sasha Grey, insiste en sus giros, regiros y sorpresas finales tal y como llevamos descubriendo a lo largo de su filmografía.

Negar la creatividad y originalidad de Nacho Vigalondo sería de una gran injusticia. Se caracteriza por sus buenas ideas, su genuina puesta en escena y por situar a sus personajes en situaciones límite. En esta película no traiciona esas virtudes y vuelve a lanzarse por un producto sorprendente, incluso desde el punto de vista de la dirección con pantallas divididas, planos subjetivos y mucha cámara en mano.

Elijah Wood es Nick, un joven fan de la actriz del momento, la bella Jill Goddard, interpretada por Sasha Grey. A través de un concurso ha ganado una cena con ella y se encuentra en su hotel siguiendo la gala previa a ese encuentro. Todo se tuerce cuando un desconocido se cuela en su ordenador, le informa  que esa cena no se va a celebrar y empieza un extraño juego de espías a través de cámaras de seguridad, hackeo de ordenadores y venganzas informáticas.


La sensación que transmiten sus intérpretes es que no entienden nada de lo que están haciendo. Tanto Elijah como Sasha están despistados, jugando con unos personajes que les deben parecer del todo incomprensibles. El actor conocido por su papel de Frodo Bolsón en "El señor de los anillos" salva con tablas el trabajo encomendado pero la ex-actriz porno vive un auténtico "marrón" interpretativo. Yo le preguntaría a Sasha Grey de qué va la película porque dudo que lo sepa.

Por tanto, nos encontramos ante un thriller de intriga, sorprendente en su idea original y en su envoltura, pero carente de un fondo que enganche. Además hay que decir que en esta ocasión las vueltas de tuerca que da el guión en la última fase de la película están muy forzadas adoleciendo de todo tipo de sentido. Habrá que seguir intentándolo.



José Daniel Díaz

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